Interjecciones propias
Son las cumplen únicamente la función de interjección. En la lengua escrita se caracterizan por la presencia de la letra h que tiene una doble función: por un lado sirve para evitar confusiones con otras palabras y, por otro lado, gráficamente indica la modulación particular con que las interjecciones son pronunciadas. Las interjecciones propias son: ¡Ay!, ¡Uy! ¡Bah!, ¡Uf!, etc.
Interjecciones impropias
Otras
partes de la oración, como por ejemplo sustantivos, adjetivos, adverbios,
verbos; pueden ser utilizados con función de interjección: ¡carajo!, ¡fuerza!,
¡ánimo!
Algunas
interjecciones pueden utilizase como expresiones de cortesía: ¡felicidades!
Las
interjecciones impropias pueden proceder de sustantivos (salud), adjetivos
(perfecto), adverbios (bien), verbos (calla)...